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Algún día tendré el mar como ventana

La liturgia se hace drama

La liturgia se hace drama Domingo de Carnaval. Llueve en Sevilla. Llevo esperando un par de horas que se abran las puertas de la Catedral para ver el baile de los seises.
Los orígenes del teatro occidental moderno se remontan a ceremonias muy parecidas a esta que voy a contemplar. Un acto religioso, la adoración del Santísimo, donde se incluye una breve representación dialogada ("¿A quien buscais en el sepulcro...?")o una danza.
me traslada a esa época la entrada de la procesión de músicos, las niñas cantoras y los pequeños "seises". Unos muchachos vestidos como pajes versallescos, sombrero de plumas multicolores y zapatillas de raso, jubón blanco y oro, que van a danzar tocados con sus sombreros ante el Santísimo, tocando sus castañuelas mientras las campanas de la catedral repican a gloria.

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