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Algún día tendré el mar como ventana

Alameda de Hércules

Alameda de Hércules Vas por la calle
hablando en voz muy alta por un móvil
imaginario. Hablas de amor,
de amor perdido y me pareces
tan dulce. Y tan loca.
Hércules desnudo te mira
desde lo alto de su columna,
Fresnos y plátanos  dan sombra a tus preguntas
y los pasos que te alejan
 me dejan con la angustia
en el pecho.
Sin saber si tu amante te requiere esta noche
a su lado o si, errante vagabunda,
vas a pasear  tu soledad de odalisca despechada
esperando ese viento que enderece –ojalá-
el rumbo de tus días.

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